Sunday, October 30, 2005

Para caminar hacen falta las dos piernas - respuesta a Pablo Bustamante

PARA CAMINAR, HACEN FALTA DOS PIERNAS*

Ayer en este diario ("La Primera", domingo 30 de octubre), Pablo Bustamante escribía defendiendo el TLC bajo un argumento que considera que lo único importante para el desarrollo nacional son las exportaciones. Está equivocado: la producción para el mercado interno también es fundamental.

Las exportaciones son solo 20% del PBI nacional y es evidente que si dejamos de lado a cuatro quintas partes de la producción nacional no lograremos un crecimiento rápido. Por otro lado, la experiencia internacional muestra que los países que tienen una industria competitiva produjeron primero para el mercado interno. Los Daewoo y Hyundai coreanos se vendieron primero dentro su país en un mercado protegido. Nada de esto niega las ventajas de las exportaciones, sobretodo si se trata de productos que generan mucho empleo como los agrícolas. Pero aquilatemos adecuadamente su importancia.

La producción para el mercado interno, sean alimentos, ropa o muebles, también es muy importante. Casi todos los pequeños empresarios y agricultores producen para los peruanos y no para el exterior, y de eso vive la enorme mayoría de compatriotas. Es vendiendo en el Perú donde estos sectores pueden tener el aprendizaje productivo necesario para competir internacionalmente.

Es verdad que nuestro mercado interno es pequeño, pero por eso mismo hay que cuidarlo y hacerlo crecer. Hay al menos dos factores esenciales para ello. Uno es mejorar los sueldos y salarios de los trabajadores, que con eso comprarán los productos nacionales. El segundo es cuidar nuestro mercado frente al contrabando y a las importaciones subvaluadas del exterior que hacen competencia desleal. Esta es una de las críticas fundamentales a un TLC mal negociado, que permitiría que empresas estadounidenses se “coman” nuestro mercado gracias a que se les están otorgando ventajas especiales para su entrada al mercado nacional.

Los defensores del “TLC Sí o Sí” creen que sólo importan las exportaciones, y que regalar nuestro mercado interno no tiene importancia. De esa manera, refuerzan un modelo como el actual, en el que no hay crecimiento de amplia base con masiva generación de empleos. Solo crecen unos sectores que no logran arrastrar a la base económica nacional. Lo que necesitamos es una política que promueva las exportaciones pero potencie su efecto multiplicador sobre la producción nacional, para lo cual esas exportaciones deben ser intensivas en empleo, de alto valor agregado nacional y que compren insumos nacionales, y que el mercado interno crezca lo más posible estimulado por esas exportaciones, para lo cual debe tener una razonable protección frente a las importaciones y reglas salariales que promuevan la equidad.

Los que creen que solo las exportaciones salvarán al Perú apuestan por un “TLC Sí o Sí”. Para quienes pensamos que es necesario caminar con los dos pies, el de las exportaciones y el del mercado interno, sólo conviene un TLC bien negociado. No nos conviene sacrificar una pierna para fortalecer la otra. Aún estamos a tiempo.



OTRAS RESPUESTAS A PABLO BUSTAMANTE

1. “Como nuestra economía es pobre y cerrada, nuestros agricultores, descapitalizados y sin crédito, se orientan a producir lo más fácil”. Nunca había oído un argumento como éste en la teoría económica (además de ser absolutamente falso que la economía peruana sea cerrada, ¿cerrada donde? Si se puede importar de todo y los aranceles no son en absoluto altos). Comenzando por el término fácil, ¿a que se refiere? Si es en el sentido de que no requiera mucho capital, obviamente los pobres producen de esa manera. Pero eso no tiene nada que ver con que sea cerrada o no la economía; agricultores pobres sin acceso al crédito seguirán con las limitaciones sea la economía cerrada o abierta (y en el caso peruana, la economía es abierta).
2. Según Bustamante, la ventaja de la integración comercial es que cambiaremos productos poco intensivos en mano de obra (cereales) por productos intensivos en mano de obra (productos más sofisticados). El viejo argumento ricardiano. El problema es que ambas cosas no necesariamente van de la mano, y que ello depende de las reglas de esa integración comercial. Si la agricultura para el mercado interno (digamos arroz y papas) pierde rentabilidad por un TLC mal negociado, esas tierras y esas personas no pasarán automáticamente a producir agroexportación. De hecho, si ese tránsito fuera automático, ya miles se habrían pasado pues sabemos que los paperos son campesinos pobres que no tienen las ganancias de la agroexportación. Pasar de cultivos de bajo rendimiento y productividad a cultivos de alto rendimiento y productividad es sin duda muy importante, pero es falso que abriendo nuestro mercado a las importaciones de productos subsidiados de los EEUU vaya a ayudar ese proceso. Aumentar la agroexportación es bueno, pero deprimir el mercado interno no.
3. Poco a poco, más agricultores se han ido enganchando a la agroexportación. Es verdad, y eso es muy bueno. Pero ojo: apenas 3% de las tierras cultivadas en Perú se dedican a la exportación, 97% se dedican al mercado interno. Ese 3% podrá ampliase, tal vez duplicarse o triplicarse, pero no más.
4. La agroexportación, graficada en pasar de limón al mango, depende del TLC (“si no logramos firmar el TLC, los productores de mango tendrán que regresar al limón”). En el Perú se exporta mango desde antes del ATDPEA y se exporta a muchos otros destinos distintos a los EEUU; es falso que sin TLC la exportación de mango se acabará. A pesar de ello, sin embargo, es cierto que es importante poder exportar más nuestros productos a los EEUU y a otros mercados, la cuestión es si debido a un TLC mal negociado debemos aceptar que a cambio de que eso continúe –pues esas preferencias ya las tenemos con el ATDPEA – tengamos que aceptar medicinas más caras, ingreso de importaciones agrícolas subsidiadas que se roban el mercado interno y deprimen a nuestros agricultores, etc.
5. “¿Cómo se puede perder – se pregunta Bustamante – si el TLC establecerá varios años de protección para buena parte de nuestra agricultura?” Precisamente el hecho de que se defienda algo de protección demuestra que el TLC hará daño; el plazo solo permite postergar el daño. Y lo cierto es que en una serie de productos críticos, el TLC hará daño desde que entre en vigencia, como en trigo – que afectará el precio de la papa también -, cebada, maíz, aceites y otros.
6. “¿Como se puede perder si el TLC nos forzará a desarrollar una agenda interna para desarrollar el sector?”. No creo que las políticas agrarias internas dependan del TLC sino de la democracia y los acuerdos nacionales. No creo que así fuera, pero si así fuera habría que cambiar las cosas, porque es absolutamente antidemocrático pensar que las políticas deben implementarse por presiones externas.
7. En síntesis, el TLC es perjudicial para la agricultura peruana porque los beneficios que trae para la agropexportación – que sería mantener el acceso al mercado EEUU del ATDPEA que ya tenemos, pero que no está asegurado porque hasta ahora los EEUU no lo han ofrecido en la mesa de negociaciones – son menores a los costos. Los beneficios de la agroexportación son importantes y hay que mantenerlos, profundizarlos y ampliarlos, sin duda. Pero hasta ahora, los costos son mucho mayores a los beneficios, porque empobrecerán a millones de agricultores y campesinos que producen para el mercado interno y que ocupan el 97% de las tierras cultivadas en el Perú.

Cambios y disculpas

CAMBIOS Y DISCULPAS

No hay historia sin cambio y no hay vida humana sin error. Sólo Dios y los idiotas no cambian, y hasta los inmóviles se equivocan. Habiendo participado en la izquierda peruana de los 80s, me parece importante revisar ahora en qué he cambiado y en qué no, detallando qué creo que hicimos mal y qué hicimos bien. Yo fui del PCR y luego del PUM, pero esas ideas eran compartidas, matices más o menos, por prácticamente toda la izquierda peruana. De tal manera que lo que escribo en primera persona, es también una reflexión sobre un movimiento político importante en la historia nacional.

¿Qué no he cambiado? No he dejado de creer que: 1) el actual sistema social es injusto, y que la igualdad es un valor fundamental que debemos promover; 2) el cambio social tiene que ser decidido y hecho por la propia gente, no por ningún iluminado o dictador. Pienso que esas dos cuestiones fundamentales me definen como Socialista Democrático.

¿Que he cambiado? Creo que dos cuestiones fundamentales que eran parte del pensamiento de la izquierda de los 70s y 80s deben ser criticadas: 1) que lo que se requiere es un estado omnipresente que dirige directamente toda la producción y comercialización; y 2) que el camino para el cambio social pasa por destruir el actual Estado mediante el ejercicio de la violencia, justificándose el restringir las libertades civiles y políticas de los contrarios.

Por el error de haber defendido y promovido ideas equivocadas y negativas, me disculpo ante todos los peruanos. Ante las 70 mil víctimas de la violencia política, que no causamos directamente y que defendimos valientemente con la bandera de los derechos humanos, pero que al haber promovido determinadas ideas de alguna manera también provocamos. Haber promovido esas ideas fue un error colosal, como en su momento me lo dijo mi madre. Lo siento: creo que era un joven ignorante jugando con el fuego. Hoy, creo que parte del ejercicio ético de la política es abrazar la no violencia o el pacifismo activo: queremos cambio social pero sin hacer daño.

Un cambio importante que va junto a revalorar la democracia y las libertades civiles y políticas, es revalorar la tolerancia: Respetar las ideas de los demás, tratar de comprenderlas y ver en qué aspecto tienen razón. Producto del avance de la humanidad, hoy también tenemos un pensamiento más complejo, donde la democracia representativa, la sociedad civil, la libertad, la ecología, tienen un rol que no habíamos considerado.

Por cierto, con la izquierda de 1960 a 1990 hicimos muchas cosas buenas: la organización sindical y campesina (hoy lamentablemente debilitada), la reflexión sobre la exclusión y la desigualdad, la denuncia de la corrupción, la búsqueda de nuevos caminos con la organización popular, la fundación de tantas ONGs comprometidas con el desarrollo, la defensa de los derechos humanos, los planteamientos de políticas económicas y sociales alternativas. Cosas importantes que permitieron que los más pobres tuvieran una vida mejor y se redujera la injusticia social. Cosas que hoy deberíamos hacer mucho más.

Un principio importante de la política tiene que ser la transparencia, y eso incluye reconocer francamente los errores e informar claramente de los cambios por los que uno pasa. Espero con este artículo haber iniciado ese deber pendiente.

LA CAMPAÑA Y EL PRESUPUESTO 2007-2011

LA CAMPAÑA Y EL PRESUPUESTO 2007-2011

Las campañas electorales son pródigas en promesas a la población y escasas en programas articulados de gobierno que permitan hacer realidad lo que se ésta prometiendo. Un tema clave en cualquier propuesta de gobierno es saber de qué cuero saldrán las correas, es decir, de dónde saldrán los cientos de millones de soles necesarios para hacer realidad las promesas. Las preguntas claves que debemos hacer a los candidatos son cuánto más piensan gastar, cómo van a obtener los fondos necesarios y a qué los van a destinar.

Por ejemplo, en sus declaraciones Lourdes Flores ha dicho que va a mejorar la educación y la salud, y que para eso se necesitará más presupuesto. Tiene razón. Valdría entonces que nos dijera a cuánto piensa aumentar el gasto público en educación y salud y con que medidas tributarias va a conseguir el dinero necesario para ello. A final de cuentas, una propuesta seria de gobierno requiere algo más que condimentar los pollos con algunas generalidades.

El llamado “Frente de Centro” incluye entre sus propuestas el aumentar la presión tributaria a 18% del PBI. Hoy el estado peruano recauda menos de 14% del PBI y por eso no tiene plata para nada. Todos los países vecinos tienen ingresos y gastos fiscales mayores al nuestro. El propio Acuerdo Nacional establece esa meta del 18%, y realmente es un mínimo indispensable. Hace bien el Frente de Paniagua en insistir en este punto, pero cabe preguntarles: ¿cómo lo harán? ¿qué cambios harán para lograrlo?

El recientemente conformado Partido Socialista (antes llamado PDD) de Javier Diez Canseco, por su parte, ha incluido en sus propuestas una reforma tributaria para mejorar el gasto social, detallando planteamientos como el cobro de regalías y de impuestos a las utilidades empresariales, para dedicarlos en especial a la niñez y a mejorar la calidad de la educación y la salud.

La democracia exige partidos y frentes con programas de gobierno coherentes, que deben decir con claridad cómo aumentar la recaudación tributaria y qué hacer con el gasto público. Exijamos que así sea.

Respuesta a Cecilia Blume sobre el TLC

RESPUESTA A CECILIA BLUME*

Este lunes, Cecilia Blume respondió a un artículo mío sobre la falta de información acerca de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Reconoce su autora que efectivamente hay un déficit de información “para el común de los mortales que no está interesado en el tema, pero no para Pedro”.

En realidad, Cecilia, el problema es que el TLC afectará “al común de los mortales”, pudiendo hasta duplicar el precio de las medicinas, tema que atañe a todos los peruanos. Asimismo, más de siete millones de peruanos dedicados a la agricultura para el mercado interno serán afectados si se firma el TLC tal como viene siendo negociando. Este es un tema de interés nacional que se negocia de manera cada vez menos transparente. Tanto así que las encuestas de Apoyo revelan que entre julio y octubre de este año la cantidad de gente que dijo estar “enterada” del TLC bajó de 70% a 59%. Este déficit de información es un problema grave. Lamentablemente, los voceros del gobierno hacen propaganda en vez de informar con la verdad.

Creo que sobre esto tenemos diferentes enfoques. Yo no creo que el gobierno deba decidir sin consultar a la ciudadanía. Creo en la democracia, no en gobiernos de tecnócratas ilustrados. Por eso considero que el TLC debe ser sometido a referéndum: que el pueblo, bien informado, decida.

Comparto contigo que el TLC como idea “tiene sus bondades”. Pero nos enfrentamos a los intereses comerciales y geopolíticos de los Estados Unidos, que nos quiere imponer mayores precios monopólicos por medicinas (incluso en caso de emergencia sanitaria) y que subsidiando a su agricultura por 191 mil millones de dólares, pretende que permitamos esa competencia desleal empobreciendo a nuestros campesinos. Sabiendo que estas son las intenciones de la otra parte, no se puede proclamar a voz en cuello “TLC sí o sí”. Así no se negocia nada; se cede todo.

Finalmente, Cecilia, muchas gracias por tu titular a tu artículo “Pedro y el lobo”. Como seguramente sabrás, en esta obra inmortalizada por un bellísimo cuento sinfónico de Sergei Prokofiev, un lobo vivía en el bosque cerca de la casa de un niño llamado Pedro. Pedro logra capturar al lobo con ayuda de sus amigos - un pajarito y un pato –, su imaginación y valentía. Gracias Cecilia por compartir con nosotros la idea de que, con ayuda de todos los peruanos, vamos a poder capturar al lobo que significa un mal TLC y vamos a poder sujetar esta negociación a los verdaderos intereses del Perú.

MAS RESPUESTAS A LOS PUNTOS DE CECILIA BLUME

Dice Cecilia Blume que hubo una audioconferencia donde el equipo negociador informó a los “gremios” que estaban reunidos en la Cámara de Comercio de Lima. Creo que para ella solo existen los gesmios empresariales, apostaría que no invitarían a los gremios laborales (CGTP; CUT, etc) ni campesinos (CCP, CNA, etc). Por cierto, tampoco invitaron a organizaciones de la sociedad civil como ForoSalud, y por buena educación no nos metemos adonde no nos invitan. Es el gobierno el que debería informar ampliamente a la ciudadanía, incluyendo a la sociedad civil, y no solo a los “gremios” empresariales.

Dice Cecilia Blume que no es cierto que el equipo técnico del Ministerio de Salud haya sido puesto de lado en las negociaciones de propiedad intelectual. Tengo información de primera mano, de personas que estuvieron presentes, que al término de la ronda de negociaciones en Cartagena, Colombia, Pablo de la Flor le dijo a este equipo que ya se había pasado a la negociación política y que no era necesario que siguieran acompañándolo.

Reconoce Cecilia Blume que el apuro de los EEUU de cerrar el TLC es porque quieren seguir luego negociando en la OMC. Pero oculta que su interés es poder de esa manera negociar mejor en la OMC. También dice que los chilenos “cuando obtuvieron la vía rápida cerraron en dos años”, pero oculta que estuvieron promoviendo y negociando el tema muchos años antes y por eso tenían mucho mayor conocimiento y consenso sobre los temas en cuestión. Afirma que estamos en el promedio de rapidez en cuanto a negociación de tratados. Puede ser. El problema es que hasta ahora la negociación no ha conseguido casi nada para el Perú, y las brechas de lo por negociar son enormes...salvo que ya el gobierno haya decidido ceder en una serie de puntos sensibles, como parece lo ha hecho y no lo quiere decir con los 5 años de protección de datos de prueba.

Afirma Cecilia Blume que es normal que cualquier gobierno que haya negociado un TLC quiera firmarlo. El problema es cuando se apuran unas negociaciones mal llevadas, para poder firmarlo como gobierno, en vez de tratar este tema como una política de estado, y eso es lo que está sucediendo ahora.

Finalmente, a Cecilia Blume le molestan mis sospechas de que los funcionarios negocian no solamente pensando en el interés nacional, sino también en el propio. Le parece raro que yo piense así habiendo sido funcionario público. Pero el que yo haya sido funcionario público que no tenga esos defectos de pensar en los intereses particulares antes que los públicos, no me impide darme cuenta que lamentablemente en el Perú el comportamiento común es precisamente ese. Los estudiosos de la realidad nacional han llamado a esa realidad, el “patrimonialismo”. Y cuando se da la casualidad, como en el caso de Pablo de la Flor, que al mismo tiempo: i) negocia de mala manera los intereses nacionales favoreciendo a los de los Estados Unidos, ii) recibe un cargo de un organismo multinacional donde los Estados Unidos tienen un peso predominante, el asunto da qué pensar.