Ganamos la batalla de las ideas
GANAMOS LA BATALLA DE LAS IDEAS
Una pequeña lista de las ideas que todos los principales candidatos han asumido y que provienen de quienes hemos criticado insistentemente la política económica neoliberal en los últimos años son:
No Chorrea. La política económica neoliberal ha generado un crecimiento que no ha favorecido a los pobres. El propio término de “chorreo” se considera inaceptable: la mayoría de los peruanos no tiene por qué esperar pasivamente a que le caigan migajas, quiere ser partícipe y generadora de su propia riqueza. Debido a ello, hay que hacer cambios a la política económica: PPK debe ser jubilado.
Aumentar el gasto social. El Estado peruano no es demasiado grande: es demasiado chico. Hay que aumentar el gasto en educación, salud y lucha contra la pobreza, para que estos servicios públicos sean de calidad y de alcance universal.
Más derechos laborales. Los trabajadores peruanos no están excesivamente protegidos ni las empresas enfrentan “sobrecostos” laborales; por el contrario, es necesario aumentar la protección de los derechos de los trabajadores en cuestiones como la jornada de 8 horas, el pago de horas extras, la regulación de las “services”, etc.
Renegociación de contratos con grandes empresas mineras y de hidrocarburos. Los contratos no son sacrosantos, y estas empresas están obteniendo ganancias extraordinarias y actuando sin la consideración necesaria por el medio ambiente y el bienestar y desarrollo nacionales. El interés nacional debe ser resguardado estableciendo contratos más justos.
No privatizar Sedapal o Petroperú. Privatizar estas empresas, como proponen los ultraliberales del IPE, está fuera de agenda. Todos consideran que deben mantenerse en manos del Estado.
Apoyo especial al agro y las pymes. El principio neoliberal de que todos los sectores deben ser tratados por igual ya no es defendido políticamente por nadie. El agro y las pequeñas empresas merecen un apoyo y promoción especiales, con crédito, asistencia técnica y promoción comercial.
Claro que en muchas de estas cosas, Lourdes Flores las ha aceptado medio a regañadientes, presionada por el ánimo popular y por la necesidad de ganar votos, y que propone cambios muy limitados. Claro que algunas de las cosas que hoy critica Alan García, fueron establecidas en su gobierno. Claro que Ollanta Humala es una candidatura improvisada y con muchos allegados realmente impresentables.
Lo más importante es, sin embargo, que un nuevo consenso social se ha formado. La opinión pública ha girado a la izquierda. A pesar de la manipulación de la mayoría de medios masivos de comunicación, cerrados en defensa del modelo económico. A pesar del poder económico que está detrás de candidaturas y propagandas.
Del dicho al hecho hay sin duda mucho trecho, y que algunas de estas ideas se hagan realidad dependerá en buena parte de quien salga elegido. Pero también dependerá de que esta nueva corriente de opinión mayoritaria sepa expresarse, en las calles y en las urnas, participativa y democráticamente, en los años venideros. En ese proceso estamos comprometidos.