¿A quien creer? medicinas, ciencia y gobierno
¿A QUIEN CREER? MEDICINAS, CIENCIA Y GOBIERNO
La discusión en relación al TLC ha mostrado la difícil relación entre ciencia y política. En efecto, luego de meses en los que el gobierno hizo una campaña de difusión que solo mostraba los beneficios y ninguno de los costos del TLC, desde la sociedad civil hicimos un esfuerzo para balancear el asunto. En el caso de las medicinas, simplemente divulgamos las conclusiones del estudio del Ministerio de Salud. Luego de ello, la ciudadanía ha sido testigo de un enconado debate en relación a la “verdad” en este caso.
Recientemente, ha salido una nueva crítica al estudio del Ministerio de Salud. ¿A quién creerle? Podría sumarme a este galimatías sustentando como el estudio del MINSA es mejor que los otros porque considera que si suben los medicamentos de marca, los demás también tenderán a subir. También podría explicar que los tres estudios subvaloran los posibles efectos del TLC, porque no consideran diversas exigencias de los EEUU que siguen sobre la mesa como patentes de segundo uso, imposibilidad de suspender el monopolio de las farmacéuticas en caso de necesidad pública y patentamiento de procedimientos médicos. O podría recordar un estudio de Indecopi que estima que las reglas del TLC sobre propiedad intelectual provocarían una pérdida total de US$ 1,189 millones para los consumidores peruanos, siete veces más que los estimados del Ministerio de Salud. Pero, ¿por qué tendrían Ustedes que creerme a mí y no a los otros?
Tal vez sea más importante entender porque tantas diferencias entre “estudios”. Por un lado, nuestro conocimiento del mercado de medicamentos en el Perú es bastante limitado. Si predecir el futuro siempre es difícil, en este caso es más difícil aún. Ante esta situación, el principio de la prudencia nos indica que lo conveniente para tomar decisiones de política es considerar los mayores riesgos posibles.
Por otro lado, hay intereses económicos muy grandes en juego: según los distintos estudios este TLC le costaría al Perú entre US$ 10 y 150 millones de dólares anuales por mayores precios de los medicamentos, que es lo que ganarían las trasnacionales farmacéuticas. No hay que ser muy perspicaz para pensar todo lo que pueden hacer estas empresas por ganarse ese dinero, y por lo tanto es legítimo preguntarse ¿quién financia esos estudios?. Finalmente, hay también ideologías: si se parte de la premisa que el TLC es por principio bueno, como en el estudio del IPE, es de esperar que se termine concluyendo eso mismo. La ventaja del estudio del Ministerio de Salud es que está libre de estos dos últimos problemas: ni hay intereses económicos en juego, ni hay ideologías marcadas de por medio.
Lo mejor hubiera sido establecer un “panel de expertos”, que establezca los rangos de posibles efectos y esclarezca las diferencias entre estimaciones. Lamentablemente, Alfredo Ferrero y su gente se han dedicado a hacer pura propaganda al TLC sin un análisis serio de costo y beneficios.
Ante la duda, corresponde la prudencia. En el caso del TLC, los debates existentes entre tres estudios sobre medicinas encargados por el mismo gobierno y la carencia total de investigaciones sobre un tema sensible como la agricultura, muestran que este gobierno ha negociado sin saber qué efectos podría tener lo que acuerda. Craso error. Mejor tenemos las cosas claras antes de meter la pata.
2 Comments:
Para el ciudadano de a pie la información sobre las bondades y desventajas del TLC es variada y confusa. Por ejemplo se distingue ese enfrentamiento entre el gobierno y su ministerios por el tema de las medicinas que hace pensar que dificilmente se podrían implementar esas políticas para evitar el encarecimiento de ciertos productos tal como sugirió el Premier Kuczinsky.
Los medios contribuyen en algo a resolver la polémica y en eso destaco los artículos en la sección "B" EL Comercio donde se deja mas o menos en claro que la temida alza solo afectaría a las nuevas importaciones.
El resto es a mi parecer "Teoría de la Sospecha" que puede fundarse en la previsible falta de coordinación y acuerdo entre los actores de nuestra economía, más no en el tratado en sí, del cual es imposible procurar un "Riesgo Cero" que no existe ni en el más sencillo intercambio. Hay que ser sensatos y reconocer que el beneficio que podamos lograr con el TLC dependerá de nosotros mismos quienes debemos aprovechar cada margen por mas pequeño que sea. Por el comercio nadie se ha empobrecido... porque tendríamos que ser excepción?
Estoy de acuerdo contigo
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